¿Qué es el Duelo Perinatal?

El duelo perinatal es el proceso emocional que atravesamos las familias tras la muerte de un bebé durante el embarazo, el parto o en las primeras semanas de
vida. Esta experiencia puede ser devastadora y, a menudo, se enfrenta con una mezcla de tristeza, confusión, rabia, soledad, incomprensión y aislamiento.
Comprender el duelo perinatal es esencial para poder avanzar en el camino que nos queda por recorrer, con más conciencia y con más recursos.

El duelo perinatal puede ser causado por diversas circunstancias, entre ellas:

• Abortos espontáneos: La pérdida de un embarazo antes de las 20 semanas.
• Muertes fetales: Pérdida del bebé durante el segundo o tercer trimestre del embarazo.
• Muertes neonatales: Fallecimiento del bebé dentro de los primeros 28 días después del nacimiento.
• Condiciones médicas: Diagnósticos graves o incompatibles con la vida durante el embarazo.

El duelo perinatal puede afectar profundamente a los padres, hermanos y a la familia en general. Los sentimientos van cambiando y evolucionando. Es muy
importante entender que no es un camino lineal en el “sentir”, sino que es un camino atravesado por los recursos individuales que tenemos cada persona cuando nos toca vivir una experiencia de esta magnitud.

• Tristeza y depresión: Sentimientos persistentes de tristeza y pérdida.
• Culpa y arrepentimiento: Sentimientos de responsabilidad por la pérdida.
• Ansiedad: Preocupaciones sobre futuros embarazos y la salud emocional.
• Rabia: Enfado si alguna circunstancia se pudo evitar desde lo médico; enfado con el mundo por la tremenda sensación de injusticia; enfado con los demás por el acompañamiento equivocado o por la falta de presencia.
• Aislamiento social: Sentimiento de desconexión con amigos y familiares que no entienden la magnitud de la pérdida.
• Miedo: Sentimientos de miedo al futuro que se destapan sobre todo si se decide una nueva búsqueda de embarazo o un nuevo embarazo.

Hablo de ¨colocar¨, porque el duelo de un hijo no es algo que tengamos que superar. Es un experiencia que nos va acompañar toda la vida, y que debemos
poder crear una nueva manera de estar con el amor-dolor que nos genera, no tan desgarradora. El duelo perinatal es un proceso único para cada individuo, pero
hay estrategias que pueden ayudar a manejar el dolor:

• Buscar apoyo profesional: La terapia psicológica especializada en duelo perinatal puede proporcionar un espacio seguro para explorar y procesar las emociones, y sobre todo para poder elaborar la vivencia de un modo sano que no genere un duelo complicado.
• Unirse a grupos de apoyo: Conectar con otras personas que han pasado por experiencias similares puede ofrecer consuelo y comprensión, y nos ayuda a normalizar enormemente lo que estamos sintiendo. A veces, aunque cada experiencia de duelo sea completamente única, también será de ayuda y esperanza poder ver en otras personas, la transformación que puede surgir, aunque ahora solo hay un dolor que no nos deja ver más allá.
• Cuidar de uno mismo: Mantener una rutina saludable y buscar actividades que brinden alivio emocional y físico. Aprende a estar de nuevo en el presente, con toda su dificultad, es el primer paso para volver a la vida.
• Honrar la memoria del bebé: Crear rituales o recuerdos para conmemorar al bebé puede ser una forma muy sanadora para poder hacer el proceso de
  duelo, que nos ayuda y le da “espacio” en la vida.

En mi práctica clínica, acompañando duelo desde hace muchos años, creo que el apoyo especializado abre grietas para que empiece a entrar un poco de luz en un
lugar donde hay mucho sufrimiento, mucha soledad y mucho desconcierto.
Trabajando siempre desde un contexto de empatía y respeto y cuidando y entendiendo que el duelo no es una patología que tengamos que sanar, sino un camino que tenemos que atravesar y descubrir para poder integrarlo en nuestra vida de presente y de futuro.

Si estás atravesando un duelo perinatal, no dudes en pedir ayuda.

“El duelo perinatal se transita mejor acompañados”.

Cualquier duda puedes escribir para obtener más información. Te abrazo fuerte.